Óleo sobre lienzo – 70 x 50 cm
Un niño indígena, recostado sobre un tronco, observa el horizonte con mirada profunda. Viste los atuendos propios de su tribu, y en su quietud se percibe la fuerza de los sueños que aún no han sido contados. La obra evoca esperanza, conexión con la tierra y un futuro que se empieza a imaginar.
Cesar
"¡Piedad es una artista increíble! Hizo una pintura a medida para mí y quedó perfecta. Capturó mi idea y la plasmó en colores vibrantes. ¡Amo su arte!"
Maria Cecilia
"Compré una acuarela de Piedad y es absolutamente hermosa. Los colores son vivos y la energía de la pintura es única. Me hace sonreír cada vez que la veo."
Diego Mauricio
“Encargué un regalo especial: una pintura para mi mamá. Piedad pintó su retrato en acrílico y mi mamá quedó fascinada. ¡Es talentosa y crea obras asombrosas".
